JP Morgan Chase & Co., el mayor banco de los EE.UU., ha decido sumarse a la carrera de los pagos por móvil, un sector en crecimiento y que, según los expertos, podría alcanzar un volumen de 142.000 millones de dólares en 2019.

El banco ha anunciando que presentará su propio sistema de pagos a mediados del próximo año. No obstante, el nuevo sistema, que se llamará Chase Pay, tendrá que competir con los ya disponibles en el país: Apple Pay, Android Pay y Samsung Pay.

 

JPMorgan & Chase

 

El nuevo sistema de JP Morgan llegará al mercado con bastante retraso con respecto a sus competidores. Sin embargo, cuenta con un gran punto a favor: el banco ha llegado a un acuerdo con el Merchant Customer Exchange, un grupo en el que están integradas las principales cadenas comerciales del país, como Best Buy o Wall-Mart. Gracias a este acuerdo, Chase Pay dispondrá de más de 100.000 puntos de venta nada más salir al mercado, con una facturación de más de 1 billón de dólares al año.

Por el momento, ni Apple Pay ni Android Pay tienen acuerdos con estas compañías, aunque en la Web de Apple aparece Best Buy entre las tiendas que pronto podrían aceptar su sistema de pagos, por lo que el gigante tecnológico podría estar ya negociando su incorporación. Por su parte, Samsung Pay, no necesita este tipo de acuerdos, dado que funciona prácticamente en todos los TPV convencionales.

Chase Pay será compatible con Android e iOS y estará disponible, en un principio, para los clientes de JP Morgan que ya dispongan de alguna tarjeta de débito, crédito o prepago. En la actualidad, la cifra asciende a 94 millones de tarjetas en los EE.UU.; una cantidad nada despreciable para empezar.

JP Morgan ha señalado también que seguirá trabajando, por el momento, con los servicios de pagos de otras compañías, entre los que se incluye Apple Pay.

Habrá que ver si el banco estadounidense a reaccionado a tiempo o llega ya demasiado tarde. En cualquier caso, el de los pagos por móvil es sólo uno de los sectores en los que la banca tradicional corre el riesgo de ser desbancada por las empresas tecnológicas que están desarrollando novedosas aplicaciones financieras.

La reacción de JP Morgan es un avance, pero probablemente no será suficiente para hacer frente al cerco de las nuevas fintech. Quizá deberían escuchar más a los expertos y desarrollar una estrategia digital completa que abarque todos los sectores y tareas de la banca, aunque eso requiera un análisis profundo y una reorganización completa de toda su estructura, procesos y procedimientos.

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